" En el colegio teníamos plástica. Un invento de los profesores en un intento de hacer
que los alumnos se expresen. La mayoría simplemente utilizaba ese tiempo para hacer
machetes para algún examen o para pintarse las uñas. Aquella mañana teníamos que
llevar hilos de metal al colegio. Es decir, hilos lo suficientemente gruesos como para
moldearlos, cruzarlos y crear formas. “¡Exprésense!” Nos exigió el profesor de plástica.
Ya lo creo que me voy a expresar. Para el término de la hora de plástica mis hilos de
metal se habían convertido en un muñequito suicida. “Soy yo” rezaba el título.
Mi obra de arte constaba de una horca metalizada, de ella colgaba una supuesta
soga. Y enganchado cómodamente en su fría parálisis, un muñequito ahorcado. Era
imperturbable, era de metal y estaba muerto. Suicidado. Se había autodeterminado la
muerte. Era tan solo un muñequito. Pero su cabeza tenía hilos de metal enrollados como
ideas y deseos no llevados a cabo: tantas ideas y tantos deseos que lo habían llevado a la
muerte. La irrealización de los sueños o de las metas o de los propósitos te pueden
llevar a la irremediable defunción. Es fantásticamente comprobable. Tomen cualquier
diario: ¿O piensan que la gente se suicida porque está aburrida? ¡Lo mío era una obra de
arte! Y una ineludible predicción. "
Lo esencial es invisible a los ojos.
sábado, 20 de agosto de 2011
miércoles, 3 de agosto de 2011
- Te veo triste, Miranda.
- Lo siento, Addison, no quiero decírtelo. No quiero confesártelo, no quiero hablar. Porque si lo hago, si te cuento que Tacker se marchó, si te cuento que no dormía sola desde hace doce años, si te cuento que mi corazón está tan roto que a veces me gustaría sacármelo del pecho con mis propias manos.. Me vendré abajo, y no tengo tiempo para eso. No es que no me alegre verte, me aelgra mucho, pero preferiría que te fueras a casa y así la ocasión de hablar y de venirme abajo desaparecería..
- Lo siento, Addison, no quiero decírtelo. No quiero confesártelo, no quiero hablar. Porque si lo hago, si te cuento que Tacker se marchó, si te cuento que no dormía sola desde hace doce años, si te cuento que mi corazón está tan roto que a veces me gustaría sacármelo del pecho con mis propias manos.. Me vendré abajo, y no tengo tiempo para eso. No es que no me alegre verte, me aelgra mucho, pero preferiría que te fueras a casa y así la ocasión de hablar y de venirme abajo desaparecería..
martes, 2 de agosto de 2011
A pesar de lo arrogante que pueda parecer el desear a alguien con tanta obstinación ¿acaso ese deseo no pone al descubierto los instintos humanos en su estado más natural?
Por miedo a no ser considerados normales, la gente no suele revelar ese tipo de sentimientos puesto que sin esa 'normalidad' fatua y engañosa no podríamos sacar adelante nuestras vidas.
Por miedo a no ser considerados normales, la gente no suele revelar ese tipo de sentimientos puesto que sin esa 'normalidad' fatua y engañosa no podríamos sacar adelante nuestras vidas.
Por eso los instintos son los sentimientos más puros e inmaculados..
Y, por supuesto, son también los sentimientos más peligrosos del ser humano.
“I fear being like everyone I hate, I fear failure, I fear losing control. I love balancing between chaos and control with everything I do. I always have a fear of going one way or another, getting lost in something, or losing everything to get lost in. And I fear being a completely acceptable sheep in society.”
Marilyn Manson.
- Te quise desde el primer momento en que te vi. Creo que fue cuando tenía doce años, y pasaron tres antes de armarme de valor y atreverme a hablarte. Tenía mucho miedo por la manera en que me sentía, ya sabes, por gustarme una chica. Aprendí a cómo convertirme en una puta sarcástica para sentirme normal, me acosté con chicos para intentar que ese sentimiento desapareciera, pero no funcionó. Cuando nos juntamos me cagué de miedo, porque.. tú eras la única persona que podría arruinar mi vida. Te alejé de mi lado y te hice pensar que las cosas eran culpa tuya, pero realmente estaba aterrada de dolor. Me lié con Sophia pese a que tú confiabas en mí, y soy jodidamente cobarde, porque.. Hace tres meses que conseguí estos billetes a Goa, para nosotras, pero yo.. Yo no podía soportar.. No quise ser una esclava de la forma en que me sentía contigo, ¿entiendes..? Has tratado de castigarme, y es terrible, es realmente terrible porque, de verdad, moriría por ti. Te amo, te amo tanto que me está matando..
lunes, 1 de agosto de 2011
A veces tengo la sensación de que ella es lo único que me queda. Lo único que me ata a esta realidad absurda, la mano que me sostiene y se asegura de que al menos permanezca en el borde del precipicio. Es eso en lo que me mezo, en lo que nado ciega e irracional, numerosas veces demente, la oscuridad absoluta que me rodea, se semeja al fin de una inmensa y gran montaña. Y yo me limito a jugar en el límite, alzando un pie que flota inerte sobre la nada, y sonrío, porque ya carezco de otra opción que no sea la de sonreir. Y es eso, ella. Mi persona, mi otra mitad, la que se encarga de que no decida saltar y desaparecer entre la niebla.
Para ser sincera me encantaría poder hablarle abiertamente de lo que me sucede. Por varios motivos, variados, donde el que más pesa es que ha empezado a creer que entre nosotras quizás no exista la confianza suficiente. Y se equivoca, claro que lo hace.. Después de tantos años, si hay algo de lo que estoy completamente convencida, es de que ella es la única en quien realidad confío, porque jamás me ha judgado, y ha permanecido a mi lado incluso cuando el resto del mundo le aconsejaba que diera un paso hacia atrás. Así que tras mucho meditarlo he llegado a la conclusión de que lo único que no comprende es el pánico que me invade. Cada vez que intento colocarme en situación, cada vez que mentalmente ensayo mis palabras, imagino su rostro convirtiéndose en una mueca de desagrado a medida que avanza mi discurso, y en mi cabeza resuenan sus balbuceos, desconcertantes, tratando de confeccionar una respuesta coherente que explique por qué desea que me vaya, que me aleje para no contagiarla a ella también.
Y es comprensible, al menos a mis ojos. Porque ya no funciono. Ya no coordino. Ya no soy capaz de identificar qué es real, y qué producto de mi mente retorcida.
Si hace un par de meses todavía veía la luz, ahora solo hablan mis demonios..
Para ser sincera me encantaría poder hablarle abiertamente de lo que me sucede. Por varios motivos, variados, donde el que más pesa es que ha empezado a creer que entre nosotras quizás no exista la confianza suficiente. Y se equivoca, claro que lo hace.. Después de tantos años, si hay algo de lo que estoy completamente convencida, es de que ella es la única en quien realidad confío, porque jamás me ha judgado, y ha permanecido a mi lado incluso cuando el resto del mundo le aconsejaba que diera un paso hacia atrás. Así que tras mucho meditarlo he llegado a la conclusión de que lo único que no comprende es el pánico que me invade. Cada vez que intento colocarme en situación, cada vez que mentalmente ensayo mis palabras, imagino su rostro convirtiéndose en una mueca de desagrado a medida que avanza mi discurso, y en mi cabeza resuenan sus balbuceos, desconcertantes, tratando de confeccionar una respuesta coherente que explique por qué desea que me vaya, que me aleje para no contagiarla a ella también.
Y es comprensible, al menos a mis ojos. Porque ya no funciono. Ya no coordino. Ya no soy capaz de identificar qué es real, y qué producto de mi mente retorcida.
Si hace un par de meses todavía veía la luz, ahora solo hablan mis demonios..
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