Lo esencial es invisible a los ojos.

domingo, 2 de enero de 2011

¿Cuál es la verdad?

Que soy una acosadora. Que te sigo, y que te sigo incluso después de perderte de vista. Que te he seguido como un ánima, pendiente de ti tanto cuando fuiste con los pensamientos nublados como cuando dibujabas una sonrisa en la cara. Que me sé todas tus verdades y todas tus mentiras. Que eres como la niebla, tan clara y a la vez tan opaca.

Que soy una madre. Que trato de curar tus indecisiones, de aliviar tus ojos vacilantes con mi ternura, de componer tu alma cuando esta vacila. Que cuando te vas me pregunto si estarás bien, mientras doblo con cuidado los pedazos de mi alma partida en dos por la distancia. Que te esperaré como al hijo pródigo y haré las fiestas más grandes cada vez que regreses.

Que soy una poeta. Y te he llevado con mis poemas a todos los rincones del mundo. Que te transformo, que te elevo, que te sumerjo. Porque estás más allá. Siempre más allá. Siempre inalcanzable. Siempre en la otra punta, siempre en otra ciudad. Que estoy ciega y que escribo para poder tocarte.

Que soy una soñadora. Y que me lleno de lágrimas porque no alcanzo a verte por mucho que desespere. Que estoy celosa de los que tienen la suerte de compartir contigo el verte despertar. Que entre las almohadas eres el aire que me reseca la garganta. Y en la noche las sombras y el viento que me besan los párpados. Y la dueña de mis sueños, que repiten tu nombre. Y que soy tantas cosas y que eres tantas cosas que nos conocemos la una a la otra más que a nosotras mismas.



~y que no importa si digo o no la verdad, porque la verdad es que no importa nada.

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