Lo esencial es invisible a los ojos.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

つかさ.

" Aquella vez debería haberle abrazado con ternura. Hablarle con dulzura. Todas las veces que debería haberle apoyado, decirle que podría ser uno con él. Izumi, me gustaría fundirme contigo. . . quiero que nos fundamos en uno, quiero dejar de pensar. Le deseaba, ¡pero me negaba a ser el único en sentir ese deseo! Porque en aquel momento, aquella persona se estaba rompiendo en mil pedazos. Porque ya no podía hacerle sufrir más daño que el que había sufrido. Le hubiera sido fácil dejarme, y en vez de eso me abrió su corazón.
Te acariciaba la mejilla, te arrancaba una sonrisa y me regalabas esa expresión radiante, exquisita y complicada a la vez, depositando toda tu confianza en mí. Así te abraza hasta derretirte, con esos ojos tan hermosos que se rendían para cerrarse después. . . no puedo ser yo, no puedo no ser yo. Demasiados pensamientos a la vez. ¿Qué estoy haciendo? Quiero que Izumi sea feliz y sin embargo no puedo dejar de pensar así. . . ¿te he hecho daño, verdad? Debería haber sido él quien me traicionase. Perdóname, Izumi. Me abriste tu corazón como hacen los amantes. Lloraste tanto que resultó increíble. Mis sentimientos se acumularon, quedaron sellados en el interior de tu cuerpo. Era lo único que podía hacer, intentaste dejarlo todo en mis manos. . . y he sido yo quien te ha destruído. ¿Acaso había otra alternativa? Era lo único que podía hacer ¡para que vuelvas a ser tú mismo! Le hacía daño estando a su lado. . . pero te duele ¿verdad? Te duele que te haya traicionado. Pero si no hubiera sido capaz de hacerlo, no serías el amor de mi vida. Eso es. Porque eres el amor de mi vida. "

No hay comentarios:

Publicar un comentario