Orfeo fue el mejor poeta de la historia. Su música era tan bonita que cuando tocaba los ríos fluían, el viento no cesaba y el cielo se abría para que los dioses pudieran escuchar esas maravillosas melodías. Un día, su esposa Eurídice murió a causa de la mordedura de una víbora. Profundamente conmovido, Orfeo comenzó a tocar canciones melancólicas con su lira. Los dioses, emocionados, le aconsejaron a Orfeo que fuera a la tierra de los muertos para tocarle sus canciones a Hades, en honor a su mujer. Así el corazón de Hades y el de los demonios que con él habitaban en el inframundo se ablandaron, y el dios le permitió a Eurídice que se fuera con una condición: que Orfeo caminase siempre por delante y nunca echara la vista atrás hasta que ambos hubieran llegado a la superficie.
A pesar de sus ansias, Orfeo no volvió la cabeza en todo el trayecto. Cuando al fin llegaron y los rayos del sol alcanzaron a Orfeo este, desesperado por comprobar si su amada se encontraba a salvo, volvió la cabeza para verla. Pero ella todavía tenía un pie en el inframundo.. Entonces se desvaneció lentamente.
La condición impuesta había sido violada, y aunque Orfeo se lanzó sobre ella en un abrazo que la retuviera, no fue más que aire lo que estrechó entre sus brazos..
¿Moraleja? No mires atrás o te perderás lo que tienes por delante.
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