-Aquí es donde conocí a Chris
-¿Sí?
-Sí. Tenía siete años. Su madre empezó a hablar con la mía y él era un pequeñajo divertido con las manos dentro de los pantalones que le hacía caras a los peces. Pensaría que podía hablar con ellos o algo así... Jal, no te digo que le olvides, porque es imposible y era especial. Pero hay que pensar… ¡que se jodan!
-¿Qué?
-¡Como Chris! Dijo: “Que se jodan, será a mi manera. Y la gente que me quiere entenderá por qué actúo así, porque me quieren." ¡Qué se jodan! Venga. ¿No crees que diría eso si estuviese aquí?
-Pues por Chris.
-Vale. Eso es, por Chris
-¡Venga, dilo con ganas!
-Que se jodan. ¡Que se jodan, que se jodan!
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