Lo esencial es invisible a los ojos.

miércoles, 30 de marzo de 2011







Terminé de trotar y me puse a correr, buscaba estaño para soldarnos. Los que quisimos trato ahora pisamos charcos. Escuchábamos a Anthony & The Johnsons para ponernos tontos. No sé cómo lo hacías, pero yo enloquecía, follando en la cocina. Dos cuerpos de alfiler se pinchan sin frenos, no miden si más, o menos...

~ Pero no, pero no tengo la culpa de que esto se esfume cada mes como si fueran burbujas de champagne francés..







Escúchala.

lunes, 28 de marzo de 2011

Before you say anything,” she looks nervous, “I know this is weird, but I need you to hear me out.” She bites her lip and crosses her arms. Her cheeks are flushed and her hair is wet and tangled. She hesitates, then turns her body in the direction of the couch. “Can we sit?
I look at the couch. “Sure. Let me change real quick.” I walk quickly to my bedroom, breathing as quietly as possible. Once I shut the door I let out a huge breath. What the hell is happening?
I grab a clean shirt and jeans, throw them on, grab a hairbrush, and brush it through. I take a quick glance in the mirror. I don’t look completely terrible, just tired.
Natalie smiles at me as I walk in. A rush of nostalgia goes through me. I try to ignore it, but it hurts in all the best and worst ways. I clear my throat after I sit next to her. She reaches out for my hand. My heart is pounding.
I’m quiet. “Remind me again why you’re here…
Her voice is calm but full of feeling. “Look at me.” She touches the side of my face. I turn and look at her. The emotion on her face is powerful, but I don’t understand it. “I know this is fucking weird, okay? I know that. But listen to me. I’m gonna put it bluntly. Not a day has gone by where I haven’t thought about you.” She looks away and blinks. “Not even nights. I dream about you all the time.
I try to resist my shaking. It doesn’t work. “Sorry,” I mutter.
She looks back at me and smiles lightly. The way the light from outside is shining on her face gives me butterflies. Her lips look soft and delicate. She’s so beautiful.
Do you mind if I change into something less…” she looks down, “…wet?” I nod and half-smile.
Thanks.” She smiles back.
We walk over to my bedroom. I follow her. After we step inside, she takes off her boots and scarf. She watches as I sit on the bed. We make eye contact before I turn away to let her change. I hear her clothes rustling and shut my eyes as I hear them fall to the floor, trying to breathe less heavily. The rustling stops.“Charlee…” she says all of the sudden.
Yes,” I say, my heart pounding.
She swallows. Her lips are just slightly parted before she speaks. “All I want to do is kiss you.” She says it so softly it’s almost a whisper.
I turn slowly. Her hair is still damp and sticks to her skin. The only thing remaining on her body is a pair of dark blue panties.I look into her eyes, stand up, and run my fingers through my dirty blond hair. As we step closer to each other, she parts her lips. Everything feels so old and so new.
I pull a strand of hair back behind her ear and touch her collarbone. She looks at me, then presses her warm lips against mine. Suddenly, nothing matters. I get chills throughout my entire body. I feel like I can’t breathe.


sábado, 26 de marzo de 2011

- Si quisiera podría ser un hombre de verdad. Ya sabes, hablar con voz más grave, dejar de gesticular con las manos, asegurarme de que mi cara carece de expresión alguna... Nunca utilizar palabras como “fabuloso” o “divino”... Hablar de, yo qué sé, de cuántas tías me he ligado o de béisbol. Pero yo prefiero llevar la antorcha en vez de ser la llamita del calentador

And I wait, without you.



My hands are tied, my body bruised, she got me with nothing to win and nothing left to lose.
And you give yourself away, and you give yourself away, and you give, and you give, and you give yourself away.
With or without you, with or without you, I can't live with or without you.
With or without you, with or without you, I can't live with or without you
With or without you...

miércoles, 23 de marzo de 2011

L.

Mafalda.

Hoy he aprendido que hay que dejar que la vida te despeine, por eso he decidido disfrutar la vida con mayor intensidad. El mundo está loco, definitivamente loco… Lo rico, engorda. Lo lindo sale caro. El sol que ilumina tu rostro arruga. Y lo realmente bueno de esta vida, despeina…

Hacer el amor, despeina.
Reírte a carcajadas, despeina.
♥ Viajar, volar, correr, meterte en el mar, despeina.
Quitarte la ropa, despeina.
Besar a la persona que amas, despeina.
Jugar, despeina.
Cantar hasta que te quedes sin aire, despeina.
Bailar hasta que dudes si fue buena idea ponerte tacones altos esa noche, te deja el pelo irreconocible…

Así que como siempre y cada vez que nos veamos, yo voy a estar con el cabello despeinado~
Yes, she caught my eye as I walked on by. She could see from my face that I was fucking high. And I don't think that I'll see her again, but we shared a moment that will last till the end..
You're beautiful, you're beautiful, you're beautiful, it's true. I saw your face in a crowded place, and I don't know what to do, cause I'll never be with you.
You're beautiful, you're beautiful, you're beautiful, it's true. There must be an angel with a smile on her face when she thought up that I should be with you.

But it's time to face the truth, I will never be with you..
- Hola, campeón. Me preguntaba qué te habría pasado. Quítate los pantalones y empecemos de una vez.
- Siento llegar tarde, estaba con Sierra. Cuando llegues a casa tendrás que enfrentarte a una novia muy angustiada..
- No se lo habrás dicho..
- No, no, claro que no. Eso te lo dejo a ti. Solo que no podía organizar vuestra boda.
- Ah, eso.
- Dime... ¿Cuándo piensas decírselo?
- ¿Decirle qué?
- Lo tuyo conmigo. Ella te quiere, ¿sabes? Es más que amor, te idolatra. Te adora. Cree en ti. ¿Sabes lo herida, lo hecha polvo que se quedaría si lo averigua?
- ¿Y por qué tiene que averiguarlo? Ni ella ni nadie.
- Porque es la verdad.
- La verdad es que no tengo nada que ganar y puedo perderlo todo. Verás, yo soy un negocio. Drew Boyd SA. Mucha gente gana millones gracias a mí, ¿tienes idea de lo que pasaría si se supiera? Perdería a mis amigos, mis compañeros de equipo, mis seguidores, mis patrocinadores. Y encima perdería lo que más quiero en el mundo, jugar al fútbol. Además, quiero a Sierra. Quiero tener una esposa e hijos como todo el mundo.
- ¿Y nosotros?
- Nada tiene por qué cambiar. Y nadie necesita saberlo, no es asunto suyo.
- Verás, todo lo que dices tiene mucho sentido, y la mayoría estaría de acuerdo contigo, ¿por qué decírselo a nadie, por qué perderlo todo cuando puede ser tu secreto? Pero para mí fue diferente. Desde el principio la gente veía lo que yo era, lo que, creeme, no me facilitó la vida. Me han dado palizas, maldecido y escupido desde el primer día. Pero en parte, estuvo bien, porque nunca he vivido una mentira. Y no pienso empezar ahora, ni por ti, ni por nadie.

martes, 22 de marzo de 2011

" Y quizás esos sentimientos que borbotean en mi interior no sean más que las cenizas que amenazan con volver a prender fuego.. Aunque la verdad es que a veces no puedo evitarlo, y a sabiendas de que por mucho que por costumbre suene a mentira todo lo que sale de entre mis labios, me arriesgo.. y confieso. Porque en el fondo me da igual, porque sé perfectamente quien me conoce lo suficiente como para distinguir entre esas famosas 'dos caras'.. entre mi realidad y el acto cotidiano de mentir por placer, maquillando la rutina para hacerla apetecible a mi lado. Y si, esto último lo he convertido en costumbre, pero a veces, solo a veces, soy víctima de estas ganas incomprensibles de decir la verdad. Por eso quiero decir en voz alta que me encantaría que todavía me quisieras. Y tenía tantas ganas de ignorarles a todos por una vez para confesarlo abiertamente que ni siquiera me preocupan las consecuencias de mi repentina sinceridad.
Creo que a estas alturas nada me haría más feliz que conseguir la goma que eliminase esos meses en los que desaparecí, obligándote a, en cierto modo, olvidarme.. ¿Realmente lo has hecho..? Porque, ¿sabes..? Al menos yo, quiero seguir sosteniendo tu mano. Quiero avanzar, a tu lado.. y secretamente albergo la esperanza de ver crecer a esa pequeña garbancita que ahora solo logra escurrirse entre mis manos. Pero quiero hacerlo bien, admirando mientras tanto y como hasta ahora la indudable fuerza con la que asumes las curvas del destino.. quiero quedarme contigo, y no nececesitar a nadie más, porque me aburre profundamente hacerlo, porque la necesidad fantástica y esa ilusión de sentirme deseado se ha desvanecido poco a poco.. ¿Y quieres saber algo más..? Nunca he tenido oportunidad de decirte hasta que punto te necesito, cuanto me duelen tus momentos de indiferencia, la paz que me transmites cuando decides sonreir. Siempre has sido ese pedacito de claridad entre todas las sombras, siempre, aún incluso cuando creía que estas acabarían conmigo..

Pero esto no es una declaración de amor. No, en absoluto. Es un simple cúmulo de sueños, los más profundos, las fantasías en las que me cobijo cuando el mundo, ya de por si inestable, amenaza con romperse en pedazos.
Por eso tú eres mi alma gemela, dejando a un lado las connotaciones románticas que esto conlleva.. porque me has salvado de mí mismo innumerables veces..
Así que solo tú mereces que abra mi corazón de esta manera, porque ya lo has sostenido entre tus manos, te has ocupado de cuidarlo, y has intentado protegerlo sobre todas las cosas. Has llegado a quererlo como si fuera el tuyo propio... y soy consciente de que sus golpes han sido también los tuyos. "




愛してる, 來未.

martes, 15 de marzo de 2011

- ¿Me permite hacerle una pregunta, pastor?
- Por supuesto.
- Hay que creer todo lo que pone en la Biblia, no sólo una parte, ¿verdad?
- En efecto.
- Bien. ¿Le gustan las gambas?
- Bueno... la verdad es que si.
- Porque en el levítico, justo antes de "el hombre que se echa con hombre es una abominación", también dice que es una abominación comer marisco. Y las gambas son marisco, ¿verdad?
- ¿Qué pretendes decir?
- Pretendo decir que si usted come gambas, nosotros comemos pollas

lunes, 14 de marzo de 2011

¿Será mi castigo la distancia, el tiempo, el distanciamiento?
Sabes que no miento cuando digo que te quiero.
No puedo verte cada día, pero sí en mi pensamiento.
Porque, si te soy sincero, de aquí no sales ni un momento...

sábado, 12 de marzo de 2011

Y es que a veces mi princesa se pinta bigotes de ratón..

Se hizo el silencio, alzó lentamente el dedo índice en el aire. Uno de los focos de luz del espejo que se proyectaba desde atrás lo reflejaba sobre parte de su rostro, pero curiosamente eso no conseguía ensombrecerlo. Más bien todo lo contrario, cualquier juego de sombras sobre él la mayoría de las veces conseguía que pareciese todavía más hermoso..

La que estaba frente a ella movía el dedo juguetón de un lado a otro, dejando ver tras este esa media sonrisa inocente cargada de picardía. Las ondas que caían sobre los hombros de su víctima bailaban al compás de cada movimiento, lento y preciso, suficiente para distraerla.. pero aún así sonreía, fruncía los labios en una curva aún mayor.. la conocía lo suficiente como para adivinar cual sería su siguiente movimiento, pero seguía su juego como si desconociese por completo la estrategia. Y entonces, según lo previsto, la yema de aquel dedo índice se plantó sobre la punta de su nariz, apenas chafando esta un segundo bajo la suave presión que ejercía, llevándose consigo la fina capa de maquillaje negro que reposaba en el centro. Su sonrisa se amplió, satisfecha. Pero al alzar la mirada de su propia mano, comprobó con un largo suspiro que ni eso lo había conseguido. Ni rastro de un gesto de desagrado, no existía seña alguna de enfado por su parte. Desvió la mirada, fingiendo estar incluso molesta por no haber logrado lo que quería.. pero antes de que le diese tiempo a abandonar el pequeño cuarto de baño, unos dedos ajenos aprisionaron el extremo de su camiseta, tirando suavemente de la tela de esta. Y no se giró, pero se mordía el labio inferior al sonreir. A los dos segundos sentía su aliento en un lateral del cuello.. si ambas hubiesen permanecido entonces en completo silencio, habría podido escuchar los latidos de su corazón pegándose de manera intermitente contra su propia piel. Realmente era una sensación cálida el modo que inspiraba y expiraba.. Entrecerró en ese preciso instante los ojos, quería concentrarse en aquel segundo todo lo posible.. le reconfortaba profundamente sentirla tan cerca, pero no pronunció palabra alguna por ello. Y la que le observaba desde abajo, entonces, parpadeó con una repentina inocencia, no del todo artificial, pero si muy lejana a lo que realmente tenía en su interior. Ladeó la cabeza, mirándola. Abrió mucho los ojos al hacerlo porque sabía que le encantaba. Y la que se mantenía en un riguroso silencio de enfado momentáneo se echó a reir, para luego acercarse a ella lo suficiente como para posar la frente sobre la suya, paseando la mirada muy lentamente por las pequeñas líneas de maquillaje que se extendían sobre sus mejillas. Tres en cada una, más los restos del carboncillo que aún reposaban sobre su nariz. También sus pestañas tenían pequeños pegotes de ese denso rímel color azabache, marcos de dos enormes almendras sobre su rostro que cuando se clavaban en ella la hacían estremecer de modo automático. Inspiró lentamente por la nariz, dejando que el tenerla cerca la envolviese. Otra vez. Y cuando eso sucedía sólo podía pensar en una cosa... pero ella se adelantó, posando una mano sobre su torso, subiendo sin previo aviso la palma de esta por su abodomen, deslizándola con extrema suavidad entre sus pechos hasta que atrapó su colgante entre los dedos índice y corazón, moviéndolo lo justo y necesario, ya que el cascabel no tardó en sonar. Bajó la mirada de modo inconsciente hacia él.. permaneciendo en silencio, ensimismada, acercándose más en un intento por oirlo mejor. -¿Curioso, no crees..? Su acompañante la miraba de nuevo, enarcando muy ligeramente una ceja. Su sonrisa se acentuaba. Y supo que no le hacía falta decir nada para darse cuenta de que debía continuar. - ¿No te has fijado, verdad..? Estamos dando un ejemplo realmente penoso. Un gato en calma frente a un ratón, nadie diría que por tradición deberíamos llevarnos fatal.. Y entonces, de fondo, el suave timbre de su risa. Reía muy levemente, pero eso le bastó a su corazón para darse la vuelta sobre sí mismo, comenzando a latir con fuerza, obligando a su dueña a tragar saliva.. cogiendo fuerzas de ese modo para añadir, en un susurro, entornado los ojos y bajando la voz. - ¿Sabes una cosa..? Adoro que sea el sonido de mi cascabel el único que consiga desconcentrarte.. Se sonrojaba. El color rojizo subía con tal lentitud por su cuello que apenas era percibible, pero ahí estaba, un leve rubor que se posaba sutilmente bajo sus pómulos.. y la que hablaba ensanchó la sonrisa considerablemente, alzando en ese instante ambas manos, que colocó a cada lado de su cuello. Consiguió que en el desconcierto por su gesto soltase su colgante y la mirara a los ojos. Caía en la cuenta de que la fijeza con la que las dos se observan no conseguía avergonzarla.. sospechaba que algo lo lograra -Y estar lo suficientemente cerca de ti como para que lo escuches..

Y entonces, una neblina de color rosado que las difumina. Un momento. ¿Era cierto? ¿Posible..? ¿Habían desaparecido los kilómetros? Se apartó apenas lo justo para volver a mirarla a los ojos.. Si, a pesar de aquella luz cristalina que de golpe las envolvía, no había lugar a duda: era ella. La misma que conseguía arrancarle esa inspiración inmediata que la hacía retorcerse de impaciencia por ponerse escribir... pero por y para ella. Por la que le gustaría atrapar entre las manos la magnitud de los sentimientos que corrían por sus venas, y presionar con fuerza hasta convertirlo en algo capaz de ser leído, interpretado, comprensible para el mundo.. Eso es, para el mundo entero. El universo debería conocer aquello, porque era increíble, e indudable el hecho de que amaba cada instante en que aquel corazón de cristal decidía sincerarse, dedicándole en silencio y como cada vez que sonreía una entrada secreta hacia su alma.. y el aroma suspendido sobre su piel de porcelana se le antojó el halo de tranquilidad más absoluto.. Ah, si es que parecía que entre sus rizos se escondía el secreto de la felicidad..


...y entonces, se despertó...

miércoles, 9 de marzo de 2011

Con todo, a lo largo de esos siglos de obediencia, Armand guardó siempre para sí dos secretos. Dos secretos que eran más suyos que el mismo ataúd en el que se encerraba durante el día, y que los escasos amuletos que llevaba.
El primero de ellos era que, por grande que fuera su soledad y por mucho que se prolongara la búsqueda de hermanos y hermanas de raza en quienes poder buscar cierto descanso, jamás había llevado a cabo el Rito Oscuro por sí mismo. No estaba dispuesto a ofrecer a Satán ningún Hijo de las Tinieblas creado por él.
Y el otro secreto, que mantenía oculto a sus seguidores por el propio bien de éstos, era sencillamente su grado de desesperación, cada vez más profundo.
Era el hecho de no anhelar nada, de no apreciar nada, de no creer en nada; de no disfrutar un ápice en el ejercicio de sus poderes, asombrosos y siempre crecientes; de vivir todos los momentos en un vacío roto una vez cada noche de su vida eterna con el acto de la caza..

domingo, 6 de marzo de 2011

I cant see nothing, nothing around here.
No, would you catch me if I was falling?
Would you kiss me if I was leaving?
Would you hold me if I was lonely..?

jueves, 3 de marzo de 2011

Dejé la vela por un instante, saqué con cuidado el violín y tensé las cuerdas de crin del arco como le había visto hacer mil veces a Nicolas. Luego llevé el instrumento y la vela otra vez al escenario, me agaché y empecé a encender la larga serie de velas que formaba la batería de luces del proscenio. Gabrielle me contempló, impasible. Luego acudió a ayudarme. Fue encendiendo una vela tras otra y prendió a continuación los candelabros de las paredes.
Pareció que Nicolas se agitaba, pero tal vez fue sólo la creciente iluminación de su perfil, la suave luz que emanaba del escenario y se extendía por la sala vacía. Los profundos pliegues de terciopelo cobraron vida por doquier y los ornados espejuelos incrustados en el frontis del anfiteatro y de los palcos se convirtieron en otras tantas luces.
Qué bello era aquel rincón, nuestro rincón. Había sido la puerta al mundo, cuando éramos mortales. Y, finalmente, habría resultado la puerta del infierno.
Cuando terminé de encender las velas, me detuve un momento sobre el escenario y admiré los pasamanos dorados, la nueva araña de luces que colgaba del techo, y arriba de todo, las máscaras de la comedia y la tragedia como dos caras surgiendo del mismo cuello.

[...]
Pasé delante de Nicolas, que no me había dirigido la mirada ni un solo instante, y descendí la escalerilla situada tras él hasta el foso de la orquesta. Me acerqué a su silla con el violín.
[...]
Por detrás de él, bajé el violín sobre el hombro de Nicolas y lo deposité en su regazo. Noté que se movía, como si exhalara un suspiro, y apretaba la nuca contra mi. Luego, lentamente, alzó la mano izquierda para sujetar el puente del violín, al tiempo que, con la diestra, tomaba el arco.
Me arrodillé y apoyé las manos en sus hombros. Le besé la mejilla. No capté ningún olor humano, ningún calor de mortal. Era una escultura de mi perfecto Nicolas.
- Toca - susurré - Toca ahora, para nosotros solos.
[...]
Sus dedos se posaron sobre las cuerdas. Tanteó la madera de la caja hueca con la yema de los dedos, y por fin, tembloroso, pulsó las clavijas, como si, sumamente concentrado, realizara por primera vez aquella maniobra.
[...]
Nicolas apretó el instrumento contra su oído por un instante, y me dio la impresión de que volvía a quedarse inmóvil durante una eternidad, hasta que se puso de pie con lentitud. Dejé el foso de la orquesta y salí a la platea, donde me quedé de pie contemplando su negra silueta recortada contra el fugor del escenario.
Se volvió hacia el patio de butacas vacío como tantas otras veces había hecho en el intermedio de la representación, y se colocó el violín bajo el mentón. Y, con un movimiento veloz como el rayo ante mis ojos, bajó el arco sobre las cuerdas.
Los primeros arpegios, graves y potentes, latieron en el silencio mismo del sonido. Luego, las notas se alzaron, ricas y oscuras y penetrantes, como si fueran extraídas del violín por obra de magia, hasta que un desbordado torrente de melodías inundó de pronto la sala.
La música pareció traspasar mi cuerpo, atravesar mis mismísimos huesos.
No podía ver el movimiento de sus dedos ni el ir y venir del arco; lo único que distinguía era la agitación de su cuerpo, su postura torturada mientras dejaba que la música le retorciera, le doblara hacia delante y le arrojara hacia atrás.
Las notas se hicieron más agudas, más chillonas, más rápidas, pero seguían conservando el tono a la perfección. Era una ejecución sin esfuerzo, con un virtuosismo más allá de cualquier sueño mortal. Y el violín hablaba; no se limitaba a cantar, sino que era insistente en su tonada. El violín contaba una historia.
La música era un lamento, un fruto del terror enroscándose en hipnóticos ritmos de danza, sacudiendo a Nicolas de un lado a otro con más fuerza todavía. Su cabello era una greña reluciente ante las luces del proscenio. Su piel estaba perlada de sudor ensangrentado. Llegó hasta mí el olor de la sangre.

[...]
Y supe, de alguna manera plena y simultánea, que el violín estaba contando todo cuanto le había sucedido a Nicolas. La música era el estallido de la oscuridad, era la oscuridad fundida, y su belleza era como el fulgor de las ascuas; daba la luz suficiente para mostrar cuánta oscuridad había en realidad...