Lo esencial es invisible a los ojos.

lunes, 26 de abril de 2010

-Asombroso, ¿verdad? - digo
-¿El qué?
-Yo soy yo y tú eres tú, y todos los de ahí fuera son ellos. Y todos somos muy diferentes e igualmente insignificantes
-Habla por ti
-Es cierto. ¿Nunca lo piensas cuando te miras en el espejo? ¿No te imaginas tu propia calavera?
-La verdad es que no
-No me sé la tabla del siete ni la del ocho y destesto el apio y la remolacha. A ti no te gustan tus piernas ni tu acné, pero nada de eso importa en el gran diseño de todas las cosas.
-¡Calla ya, Tessa! Deja de decir chorradas
Me callo, pero sé que mi aliento huele a menta por la pasta de dientes y que el suyo huele a tabaco. Yo tengo un diagnóstico. Los padres de ella viven juntos. Yo me he levantado esta mañana y las sábanas estaban sudadas. Ahora estoy conduciendo. Es mi imagen en el retrovisor, mi sonrisa, mis huesos, lo que van a quemar o enterrar. Será mi muerte. No la de Zoey, la mía. Y por una vez no hace que me sienta mal...


Jenny Downham, Antes de morirme.

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